El origen de lo composición es controversial y adentrarse en el tema lo que haría es empañar la canción y a sus creadores, una discusión bizantina, aunque parece imposible dado su éxito y reconocimiento mundial. Es una de las primeras canciones populares venezolana en ser conocida en numerosos países de habla no hispana.
HUGO BLANCO (1940 – 2015)
La primera versión es la del venezolano Hugo Blanco (1960), instrumental, en el ritmo orquídea donde el instrumento de percusión la clave tiene un papel protagónico, un estilo venezolano en donde lo criollo se baila a lo pop. La interpretación de Blanco es vigorosa y vibrante. El arpa ya no sólo se utiliza para los temas llaneros donde prevalecen el arpa, cuatro y maracas. Luego, con letra, la interpreta el venezolano Mario Suarez muy apegado al original. La canción rápidamente se hizo popular. La cantante italiana Mina la versiona en abril de 1962 incluyéndola en su álbum “Moliendo Café” y se convierte en un éxito en Europa.
EDITH SALCEDO
En 1963, la venezolana Edith Salcedo, durante una gira por los EE.UU. y México es contratada por Japón. La versiona en japonés, sin el arpa, con guitarra eléctrica y timbales. Irreverente si se quiere. Los japoneses se enamoran de la canción, de inmediato la lleva al primer lugar en las emisoras y hace que la gira se extienda a otras 14 ciudades de ese país y naciones asiáticas como Corea del Sur, Tailandia y Singapur, además del territorio estadounidense de Hawaii. Todos quieren conocer a La Negrita Cariñosa como era llamada esta nativa de Ciudad Bolívar. De ahí en adelante se conocen las de Javier Solís, Trío Los Panchos (México); Lucho Gatica (Chile); Plácido Domingo, Julio Iglesias y Azúcar Moreno (España); Ricardo Montaner y Carlos Baute (Venezuela); Xiomara Alfaro y Pérez Prado (Cuba); Mika Agematsu (Japón). José Feliciano (Puerto Rico), por nombrar sólo a algunos. La lista es interminable.
LA ALTERACIÓN DE LA PRIMERA ESTROFA
La primera estrofa, la original, dice así:
Cuando la tarde languidece
Renacen las sombras
Y en la quietud los cafetales
Vuelven a sentir
El chazz tristón canción de amor
De la vieja molienda
A partir de una cierta fecha, difícil de determinar, aunque ya en los años setenta se oía con la siguiente modificación;
Cuando la tarde languidece
Renacen las sombras
Y en la quietud los cafetales
Vuelven a sentir
Esta triste canción de amor
De la vieja molienda
Esta es una de las tantas variaciones que se le han hecho a esa estrofa
LO INSÓLITO
En 1976 la graba el exfutbolista Julio Iglesias. Unos años después los hinchas del equipo de fútbol, Boca Juniors adoptan la melodía de la primera estrofa como un canto o himno de guerra para ser interpretados en el estadio de fútbol conocido como La Bombonera cada vez que había encuentros deportivos en Buenos Aires para apoyar a sus jugadores. La nombran “Dale Dale Boca”. En los comentarios de YouTube puede leerse que es el mejor himno del mundo (de fútbol). Nadie la identifica como la canción venezolana Moliendo café. No es de extrañar que alguien se esté adjudicando la autoría (este bloguero tuvo la desdicha, cuando vivía en México, de escuchar que Alma Llanera no era venezolana). Luego siguió el equipo italiano Cavese, ahora se llama “Dale Dale Cavese”. Posteriormente, la utilizan el Western Sydney (Australia); Ajax (Holanda); Seattle Sounder (USA); Yokohama F. Marinos (Japón), Cruzeiro – Minas Gerais (Brasil); Besiktas (Turquía) y el Hibernians (Malta) entre tantos otros. En YouTube se encuentran videos de sus interpretaciones en los estadios. La canción ya no sólo es popular en los escenarios musicales también lo es en los deportivos.
Este es un blog dedicado principalmente al jazz y si existe alguna versión en este género la vamos a presentar. Afortunadamente tenemos una, la de la venezolana
RAQUEL CEPEDA
De profesión geólogo. Luego de quince años de ejercicio en esa profesión se dedica al canto. Residenciada en Houston, Texas, la incluye en su álbum Passion Latin Jazz (2019). Aquí no hay dudas, es jazz. La canción se inicia con una trompeta en sordina y los acordes jazzísticos de un piano. Interviene la cantante con una vocalización muy jazzeada, alarga las notas, hace inflexiones. El grupo toma unos instantes para la improvisación y concluye de nuevo la cantante con un fraseo muy personal. Habla Raquel Cepeda (Tomado de la revista Ladosis, autor Leonardo Biggott) “Para mí una canción tiene varios elementos esenciales como la melodía, la letra, la secuencia de acordes, el ritmo, y la estructura de la canción. Una vez que conozco y manejo bien, dentro de cada pieza, cada uno de estos elementos, siento que comienza mi libertad creativa para jugar con cada uno de ellos en pos de transformar una historia conocida en algo nuevo y fresco a través de la incorporación de acordes más ricos, o del uso de ritmos diferentes a los originales -como en el caso de “Moliendo Café”.
Por Simón Balliache
Breve reseña de Simón Balliache
Nació en Ciudad Bolívar, estado Bolívar, Venezuela. Ingeniero Metalúrgico y melómano. Es un enamorado del jazz y de la música. Ha escrito cuatro libros de jazz: Una Historia del Jazz, Los Íconos del Jazz, Voces en Jazz y Jazz en Venezuela. Puedes disfrutar de su trabajo en su blog dedicado a la música y en especial al jazz https://jazzologia.wordpress.com/
Moliendo Café. Una canción insólita
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