Mario Enrique Quintero Suárez ha sido uno de los artistas mas completos de la historia musical venezolana. Mas de 12 discos de Oro, mas de 500 placas en reconocimiento a su labor cultural y mucho más…
Te invito a conocer al mejor cantante latinoamericano en 1963, uno de los artistas mas polifacéticos, completos y de mayor proyección mundial de la época! Comparte música venezolana!
Desde la puerta del llano, en el estado Aragua en Venezuela, vamos hablar de la historia de Mario Suárez, uno de los artistas de nuestra cultura popular venezolana. Uno de los artistas mas polifacéticos y completos de la música venezolana. Cantante, animador, locutor y gremialista…
Bolerista de la Billo´s en 1943 como bolerista principal
Mario Suárez ha sido uno de los artistas venezolanos de mayor proyección mundial. Por sus millonarias ventas recibió:
- Más de 12 discos de oro
- Más de 500 placas en reconocimiento a su labor cultural
- Mejor cantante latinoamericano en 1963
Dentro de sus principales éxitos tenemos: Rosa Angelina, Campesina, Madrugada Lanera, La Potranca Zaina y Concierto en la Llanura y mucho mas…
Le canto a 14 presidente de Venezuela seguidos…
Mario Suarez y su aporte al cancionero popular venezolano nos hacen sentir orgullosos de nuestra venezolanidad.
Video cortesía de Elisaul Martínez Díaz
Créditos y Agradecimiento para todos los involucrados en esta excelente producción musical
¿Conoces el Vals venezolano?
El valse venezolano encuentra sus raíces naturalmente en las músicas de salón europeas, y viene del waltz que en el siglo XIX fue el estilo de danza más popular y celebrado en los salones europeos.
La melodía, generalmente en ocho compases, es entrecortada e insinuante, rompiendo de forma atrevida con la métrica europea y jugando con los silencios y compases de forma graciosa y saltarina. Esta influencia del valse llega a los serenateros y compositores románticos, quienes divulgaron ampliamente el vals-canción.
El vals venezolano se escucha en ciudades capitales como Valencia, Barquisimeto, Maracaibo y Caracas —a fines del siglo XIX y comienzos del XX—, nuestro vals ya ha alcanzado una peculiaridad criolla que se muestra tanto en la corriente culta como en la popular.