“Papelón con Limón” es una obra musical que hice en homenaje a todos aquellos vendedores de esta refrescante bebida con sello venezolano de origen colonial, hecha con papelón (un alimento típico de nuestro país que se produce del jugo de la caña de azúcar, cocido a altas temperaturas hasta formar una melaza bastante densa, luego se pasa a unos moldes en forma de cubo donde se deja secar hasta que se solidifica), agua y jugo de limón. Remigio Morocho Fuentes
Te invito a disfrutar este sabroso joropo “Papelón con Limón“ por su autor Remigio Morocho Fuentes quien llevó el Folclore Oriental Sucrense Venezolano por el mundo. Comparte música venezolana!
Tema: Papelón con Limón
Autor: Remigio Morocho Fuentes
Los músicos cultores que acompañan a Remigio son:
- El en cuatro Lino Rodríguez
- En las maracas José Inocente Rivas el popular “Pijillo” en las maracas
- Y Pipo Montilla en el bajo eléctrico
“Papelón con Limón” es una obra musical que hice en homenaje a todos aquellos vendedores de esta refrescante bebida con sello venezolano de origen colonial, hecha con papelón (un alimento típico de nuestro país que se produce del jugo de la caña de azúcar, cocido a altas temperaturas hasta formar una melaza bastante densa, luego se pasa a unos moldes en forma de cubo donde se deja secar hasta que se solidifica), agua y jugo de limón. Remigio Morocho Fuentes
Créditos y agradecimiento para todos los involucrados en este video.
Breve reseña de Remigio Morocho Fuentes
Texto: José Gregorio Figueroa Delgado (Guápiri-Ñáquiri)
Foto: Archivo familiar
Nació por el caserío de Piedra de Molé, municipio Montes del estado Sucre el 01 de octubre del año 1954. La naturaleza y el verdor de su pueblo lo envolvieron en un ambiente lleno de musicalidad. El canto de los pájaros, loros, arrendajos, chirulíes, lo emocionaban a desarrollar sus habilidades y virtudes.
Creció bajo el concierto de las aves, el canto del río y la participación de los burros y las burras que se veían en los conucos. El Río Manzanares le regaló parte de su inmenso caudal para llenarlo de musicalidad interna. Su papá tocaba el cuatro y él se lo robaba para charrasquearlo cuando su papá se quedaba dormido. Así fue avanzando hasta convertirse en extraordinario músico con un estilo único en la mandolina y la facilidad para ejecutar la mandolina en los joropos que oía y en los que él compuso.
El tema musical “El cumanés” es una fehaciente muestra de su talento, es su carta de presentación. No sabía leer música pero al escuchar dos veces la canción se la aprendía y lógicamente la tocaba. Tenía un espíritu musical metido en su cerebro.
Morocho Fuentes acompañó a María Rodríguez, Hernán Marín, al grupo 21 de noviembre de la Universidad de Oriente y una pléyade de artistas que lo reconocían como músico virtuoso. Su relación amistosa con su comay María Rodríguez y Hernán Marín “El rey del joropo con estribillo” fue estrecha. Hernán Marín siempre dijo que Morocho Fuentes era su mandolinista preferido.
Continuación reseña de Remigio Morocho Fuentes
En Caracas dictó talleres, cursos, compartió su conocimiento y trabajó por unos cuantos años en la Delegación de Cultura y Extensión de la Universidad de Oriente (UDO). Este Quijote de la música recorrió mundos llevando su arte a países de Asia, Europa y el continente americano, estuvo hasta en China, donde puso a bailar a su público.
Dejó grabado varios discos, recibió premios y condecoraciones de muchas instituciones que valoran el trabajo cultural. Tuve la dicha de ser el último artista con quien Morocho grabó. Fue en los estudios de Adelino Márquez a escasos 3 meses de su deceso. Grabó con Hernán Marín y Guápiri-Ñáquiri los temas “La curazoleña” y “Falsa mujer”.
Cuando Morocho se echaba los traguitos en una parranda se ponía alegre, cariñoso y zalamero, se le desbordaba el afecto que sentía por la gente.
Falleció en el pueblo de Guarapiche en el año 2.022 en brazos de su familia, especialmente de una hija que lo quiso mucho.
Morocho Fuentes “Un virtuoso de la Mandolina oriental” que fue llamado por el Arquitecto del universo.
Cumaná, 01-10-2.022.
